Mi flor amarilla se marchita, ha llegado la despedida…
En cuanto la vi supe que era esta la planta que iba a representar a mi bebé, es un poco difícil de explicar con palabras pero le hice caso a mi instinto y a mis sentimientos y me fuí en busca de una planta no sabía cual sería pero al verla lo supe, la compré el mismo día que perdí a mi bebé como parte de un proceso sanador, de un duelo.
Con ella podía despedir a mi bebé, tener esa parte visible de lo que había ocurrido aquel día, a pesar de que esta vez si vi y sentí la pérdida necesitaba un objeto que todos pudiéramos ver cada día ya que iba a estar muy presente en nuestras vidas. Esta vez no me iba a dejar llevar por la corriente negando lo ocurrido y ocultándolo, no!! Me sentía empoderadada y con los conocimientos y el apoyo suficientes para vivirlo de forma consciente.
La planta había que cuidarla y regarla, pero yo sabía que era solo un tránsito así lo sentía. Para mi que no soy mucho de plantas y me cuesta mucho cuidarlas sabía que aquella planta no me iba a durar eternamente solo era un tiempo para asimilar y sentirme mejor.
Mi hijo fue partícipe de todo casi desde el principio ya que vió el embrión, mi bebé al que pude ver y conservar. Yo no quería que lo hubiera visto en aquel momento sino que hubiera preferido primero explicarle que había ocurrido y después si lo quería ver enseñárselo pero no fue así y enseguida me preguntó que era aquello, así que le expliqué lo que me había ocurrido y en el transcurso de la explicación una vez más me dió una lección y me dijo con mucha naturalidad: mamá no te preocupes ahora regamos al bebé y vuelve a crecer, no pasa nada. Le expliqué que eso no era así, que un bebé tiene que crecer dentro de la barriga de la mamá y este bebé había decidido no quedarse como había ocurrido con sus dos hermanitos y lo teníamos que aceptar así pero teníamos que hacerle una despedida muy bonita para que se fuera feliz allá donde fuera. Durante varios días me preguntó y yo con naturalidad contesté a sus preguntas y resolví sus dudas.
Quizás puedas pensar que no es algo para contar a tu hijo pero él también ha sufrido una pérdida, ha perdido a su herman@ y es un proceso que a lo largo de su vida va a tener que afrontar así que mejor afrontarlo juntos apoyándonos y dejando salir las emociones con naturalidad, además si me veía triste entendería mejor que me ocurría en aquellos días.
Creo que las cosas que nos ocurren en esta vida nos pasan por algo son aprendizajes y sin saberlo este iba a ser un aprendizaje muy grande no solo para mi sino también para mi familia.
Mi flor amarilla se marchita, ha llegado la despedida. El tiempo ha pasado, he cuidado y he sido constante en regar a la planta, la transplanté a un espacio más amplio para que creciera y a pesar de todo se ha marchitado. Para mi esa planta era un símbolo, la representación de una personita muy importante en nuestras vidas que se fue de forma fugaz dejando una gran huella y un gran aprendizaje en nosotros.
Tengo pendiente todavía un paso más en esta despedida pero no he encontrado su lugar todavía, no tengo prisa me siento en paz conmigo misma y con mi bebé, he cerrado un ciclo con mis pérdidas anteriores y he vivido mi propio duelo siendo consciente y eligiendo los pasos a seguir en cada momento, me siento empoderada y muy feliz conmigo misma.
He dejado actuar a mi cuerpo en este proceso con naturalidad y escuchando a mi instinto, dejando que todo siguiera su curso sin agobios, sabiendo que una despedida amorosa y consciente con los pies en la tierra iba a ser un recuerdo maravilloso como ha sido, tengo un recuerdo muy especial y mágico de esta vivencia y por ello me siento muy afortunada.
Mi recuerdo de este duelo está lleno de amor, cariño, tranquilidad, consciencia, plenitud, empoderamiento y sobre todo paz conmigo misma.
Muchas mujeres no llegan a saber nunca que han estado embarazadas y que su cuerpo ha albergado un ser es por eso que me siento afortunada de poder haber sido consciente y haber vivido un proceso sanador conmigo misma y con mi bebé.
Muchas familias no pueden afrontar este suceso, les supera el dolor. En la mayoría de los casos no cuentan con el apoyo y la ayuda necesaria para ello y se sumergen en una rueda de sentimientos encontrados y dolor de la que es muy difícil salir… Si te encuentras en esta situación busca ayuda y apoyo es posible superarlo y sentirte bien contigo misma.
Ánimo tu también puedes conseguirlo, cuídate, quiérete, dedícate el tiempo y el espacio necesario para avanzar en este camino!!
Un abrazo!!